




¿Qué es un KPI y para qué sirve?
Los KPI o indicadores clave de desempeño son mediciones financieras o no financieras que se utilizan para medir el grado de cumplimiento de los objetivos previamente establecidos, generalmente están contenido en el plan estratégico de la organización y reflejan su rendimiento en un periodo determinado; los KPIs se emplean en diversas áreas de una empresa entre las que se puede mencionar compras, ventas, logística y servicio y atención al cliente.
Los KPIs se utilizan para determinar el estado actual de un negocio y permiten definir una línea de acción futura; expresan las variables a tomar en cuenta para incrementar el desempeño favorable para conseguir el progreso, posicionamiento y ganancias significativas de la empresa. El KPI mide las condiciones para el rendimiento y el desempeño de manera clave.
Es ineludible tomarlos en cuenta para estudiar cómo se produce el trabajo de una empresa y cómo influye en sus resultados, por lo que se debe definir el principal objetivo de la compañía con anterioridad y expresarlo en cifras porcentuales.
Para ello se realiza la monitorización de actividad de negocio que consiste en monitorear el comportamiento de los KPIs en tiempo real, esto permite medir actividades complejas de valorar como la satisfacción que brinda un producto o servicio, el compromiso de los empleados con una campaña o con las actividades de empresa y los beneficios de desarrollos líderes.
¿Qué características deben tener los KPIs?
Aunque normalmente se relacionan estas unidades de medida o indicadores con las mismas las características que deben tener los objetivos de nuestra estrategia de marketing, las que responden a las siglas SMART (Específicos, Medibles, Alcanzable, Realista y Definidos en el tiempo) creo que son las cualidades que mejor definen la labor de los KPI.
⇒ Deben medir aspectos objetivos ⇐
La idea a la hora de fijar un KPI representativo y objetivo es conseguir datos y números que podamos utilizar para cuantificar el rendimiento de algún punto específico e importante para nosotros.
Podemos medir el número de “me gusta” o de interacciones que hemos conseguido con una publicación en alguna red social porque es un dato objetivo, pero no podemos medir el grado de satisfacción de los usuarios frente a esa misma publicación si no le hemos asociado o asignado un indicador más fiable.
⇒ Tienen que ser unidades de medida realistas ⇐
De nada sirve elegir indicadores KPI que no se ajusten a las capacidades y características reales de nuestro proyecto y sus estrategias de marketing digital.
Una falta de veracidad y objetividad en la elección de estas variables, por no ser realmente alcanzables y medibles, hará intrascendentes a esos indicadores.
⇒ Deben aportar información relevante por sí mismos ⇐
Aunque cuántos más elementos representativos de nuestro trabajo midamos, más datos tendremos para tomar decisiones mejor fundamentadas, cada una de estas unidades de medida debe poder aportarnos información por separado.
Imagina que tomas la tasa de rebote en un blog como un indicador KPI representativo, aunque probablemente puedas relacionar la información obtenida con otras variables que te aporten una visión más completa, el porcentaje de rebote es un dato independiente y que posee gran valor por sí mismo.
⇒ Deben tener continuidad en el tiempo ⇐
Es importante que los indicadores que tomemos para medir ese elemento objetivo puedan compararse con los datos obtenidos en otras mediciones posteriores.
Aunque un KPI arroje información por sí mismo, necesitamos comparar los resultados con los obtenidos en otros momentos de nuestra estrategia de marketing para saber si estamos cumpliendo los objetivos que nos hemos propuesto.